LA LEITOSA
LA HERMANA POBRE DE LAS MEDULAS
La antigua explotación aurífera “A Leitosa”, que ocupa un buen espacio de las orillas del río Burbia, es semejante a la de Las Médulas. Así, ambas se constituyen en un espectáculo visual extraordinario y sin comparación posible. En el caso de “A Leitosa”, los cálculos arqueológicos indican que pudieron excavarse y removerse hasta 40 millones de metros cúbicos de arrastres aluviales muy anteriores que, tras ser lavados y filtrados, originaron un extenso y espeso manto sedimentario de hasta veinte metros de anchura. Ello puede ser captado por cualquier observador avezado, en el contorno de esta zona del río Burbia y, preferentemente, en la margen izquierda del río.
Las barracas como así las llaman ,los lugareños son espectaculares,y aun se pueden apreciar las antiguas los canales romanos que traían el agua de los tres ríos ,el Ancares,el Cua y el Burbia.,hoy los canales han sido destruidos por las reforestaciones de pinos,sin que nadie haga nada por remediarlo y evitar al menos que se destruyan las que aun quedan.
LA SOMOZA BERCIANA: A LEITOSA
Se puede de partir de Villafranca del Bierzo,Cacabelos ,Quilos encaminarse por la carretera que nos señala Paradaseca y estar luego atentos para tomar el desvío en el que se indica un Km. a Paradiña. Aquí se encuentra habilitada, a la izquierda, una pista forestal (en bastante mal estado) que nos dirige hacia la parte baja del monumento arqueológico. Llegamos a un merendero,abandonado y destruido por los vandalos .
No obstante, si lo que se quiere es alcanzar la parte alta de la mina, es preciso orientarse en dirección Paradiña y, una vez conquistado el alto, seguir por una pista forestal a la izquierda.
Hay también un rótulo sencillo en el desvío citado que marca la leyenda “A Leitosa”. Comienza una ruta de senderismo cegada por la vegetaciónque y que, pasa por el medio del área de derrumbes, se cierra al llegar a la parte baja donde proliferan los depósitos con los materiales desprendidos y desechados. Si se continúa por la carretera que va a dar a Prado de Somoza, surge la agradable sorpresa de tener que hacer dos paradas para admirar una impresionante panorámica desde los dos miradores.
En este aspecto, los aportes de ingentes cantidades de agua se producían a través de acueductos- dos de los cuales aún se evidencian claramente-, agua que había que conducir desde el tramo más alto de la cuenca del Burbia.
Como complemento, nos podemos topar con varios estanques o pequeñas lagunas de retención y con algunas galerías que, horadando la tierra, fueron dejando enormes barrancas en las cuales se averiguan “grosso modo” las hace tiempo abandonadas bocaminas.
En lugares adaptados, próximos a la explotación del “oro”, se instalaron castros que se supone que fueron ocupados por astures, que eran empleados en los duros trabajos: La Toralina y Campo do Castrelo en Prado de Paradiña; El Castrillón, en Ribón y El Castro en Veigueliña.
Lógicamente, esto nos demuestra que la influencia y huellas romanas en El Bierzo son abundantes, y también en estas tierras de la Somoza, donde el genio de ingeniería romana produjo estas obras auténticamente excepcionales. Sin poderse asimilar en proporciones a sus hermanas canalizaciones de las Médulas, se ha de constatar que los yacimientos de “A Leitosa” vendrían a corresponder con una tercera parte de Las Médulas, aproximadamente.
Sin embargo, el contraste entre riscos y picos rojizos con las laderas de derrumbe y con una frondosa y espléndida vegetación, logra el mismo efecto visual de impresión.
En La Leitosa se contemplan, como añadido, una amplia red de pozos y galerías subterráneas, a fin y objeto de aprovechar la caída por gravedad del agua, lo que repercutía en el aumento de su fuerza y en el rendimiento en cuanto a la cantidad de material abatido.
El pueblo de Prado de Somoza-(Paradiña),se encuentra dentro de lo que fue explotación aurífera,viendose todavía hoy numerososas barrancas y antiguas(canales Romanos que traian el agua del rio Cua ,Ancares y Burbia).
El camino que lleva a la Leitosa desde Prado de Somoza-(Paradiña),esta completamente cegado por la vegetación,asi como todos los caminos de la pedania,el riesgo de incendio es muy alto,el abandono de este bello pueblo por las instituciones es total.
Desde el del Teso Dorrego se aprecia una perspectiva y panorámica de buena parte del Bierzo Bajo. Desde este lugar privilegiado, entre la vegetación a veces exuberante, se atisban los vestigios de los canales que nos legaron los romanos
(en habla local, denominados “antiguas”). En este trayecto, podemos gozar de la sombra en verano de un llamativo bosque de pinos.
Transmitido durante generaciones, un relato asombroso viene siendo contado:
“La ciudad de Alcaparra era un poblado minero importante, que se ubicaba a poca distancia del yacimiento de “A Leitosa” y, más en concreto, en el lugar de Veigueliña.
Un día de hornada, cuando estaban cociendo, apareció por allí un hombre viejo y hambriento, implorando un trozo de pan. Cortaron un pequeño pedazo de masa, poniéndolo a cocer. Empezó a esponjarse de tal manera que se formó una bolla de enormes proporciones. Introdujeron un minúsculo trozo de masa, seguidamente, pero la gran sorpresa fue que sucedió lo mismo. Ante la poca caridad cristiana de los aldeanos, surgió una persona que les recriminó su acción.
El visitante-mendigo le dijo a este buen y generoso hombre que le acompañara. Así se encaminaron a las afueras del pueblo, sin mirar hacia atrás. Cuando tornaron su mirada, observaron cómo la ciudad de Alcaparra se hundía por su codicia y ambición.
Se cree que el anciano era Dios que quiso poner a prueba a los pobladores de esta ciudad”.Cuentan que, más bien a comienzos del siglo pasado, llegó un maestro a la escuela del Estado de Veigueliña. Este hombre tenía la costumbre-manía de sacar, de vez en cuando, a sus pupilos del aula y, obligándolos a mirar hacia La Leitosa, les mandaba repetir la siguiente proclama ”¡Viva la ciudad de Alcaparra.
FLORA Y FAUNA:
La flora y fauna que componen la Somoza berciana tienen una correlación muy estrecha con la zona climática que nos ocupa. En las cumbres y partes altas, los matorrales, xestas blancas o pudias, hierba de pasto de montaña, brezos, toxos, teixos,… son los más adaptados e invasivos. En lo que se llaman riberas, debido a la humedad y cierta benignidad, podemos ver encinas, castaños centenarios, cerezos, nogales, avellanos, abedules, piornos, acebos, roble albar y pinos silvestres. Es de destacar la riqueza en caudales de agua, manantiales, fuentes,… de la Somoza.
Hay, en ciertos espacios, bosques de robles, de tejos y hayedos como elementos característicos, que representan un hábitat idóneo para jabalíes, rebecos, zorros, lobos, nutrias, tejones, perdices, águilas reales, azores, liebres, osos y urogallos. Estos dos últimos gozan de una protección especial como especies en peligro de “desaparición”.
Cabe apreciar que la Somoza se acerca a Ancares al mantener un ecosistema bastante común y que el Espacio Natural de Ancares (en el que, en su mayoría, se integra la Somoza) está calificado como Reserva Nacional.
Prácticamente toda la extensión de la Somoza se halla acotada, pues la relevancia de estos deportes es notable. La orografía accidentada y los bosques conforman un área totalmente adecuada para dedicarse tanto a la caza menor, como a la mayor. Ya hace dos décadas se decidió repoblar y reintroducir especies como perdices y conejos, que se logró con éxisto, para satisfacción de los cazadores. A pesar de esta actuación la liebre está en franco retroceso. La Sierra de Ancares, inserta en la Red Natura 2000, limita y controla la caza mayor pero, aún hoy en día, quedan el corzo, el ciervo, el jabalí,… como especies de venados que pueden ser abatidos y cazados.Por lo que afecta a la pesca, es de citar a la trucha como especie de una aceptación y valoración más alta. Ni qué decir tiene que los incontables cursos de agua que discurren por la Somoza han protegido a esta especie de su extinción.
Hasta hace poco, era la base de la economía rural ,hoy ha desaparecido casi por completo La dedicación mayor es al vacuno, en parte siguiendo un cuidado propio de la ganadería extensiva o de pastoreo.
RECURSOS SIN EXPLOTAR ADECUADAMENTE:
El futuro para la Somoza no se presenta tan sombrío como en las pasadas décadas. El incremento del turismo rural y sus potencialidades, así como lo que se llama “turismo activo” y el agroturismo, están por explorar. Las rutas turísticas, culturales y arqueológicas, así como los museos etnográficos (por la riqueza de la artesanía, celebraciones, costumbres,…) pueden reportar buenos dividendos, eso sí, bien planificadas.
Los recursos naturales y paisajísticos, ya se ha dicho, están como elementos permanentes a promocionar y cuidar.
Los recursos forestales, ya utilizados intensivamente en otras épocas, son de una proporción y magnitud a considerar y pueden ser objeto de una explotación “sostenible”.
Los recursos agroganaderos, como producciones de calidad, artesanales y ecológicas, tienen aún un largo camino que recorrer para conseguir un marchamo de calidad en la industria agroalimentaria.
Los Planes europeos, como el Leader, para zonas desfavorecidas o de montaña no se suprimirán. Ahora bien, no se fijará población si no se cuenta previamente con un mínimo “standard” de calidad de vida, lo que implica disponer de servicios administrativos, infraestructuras, de posibilidades de asistencia social,… lo cual es obligación de la Administración autonómica, el proporcionarlos.
MARCELINO B. TABOADA