X FECHAS

Imagenes panoramicas

EXTRAORDINARIO TRABAJO DE Imagenes panoramicas interactivas. - He seleccionado solo las del BIERZO En la pagina de sus autores puedes ver una coleccion completa rottodigital.com
Los Ancares
Arqueología industrial
El Bierzo
Burbia
Hayedo de Busmayor
Camino de Santiago
Monasterio de Carracedo
Herrería de Compludo
Castillo de Cornatel
Las Médulas
Monasterio de Montes
Peñalba
Ponferrada
Vega de Valcarce
Villafranca del Bierzo

ENLACES


> Que es RSS ??

+ vistas

varios


Contador Gratis
relojes para blogger html clock for websites contador de usuarios online
PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

varios

De TeeB

Primout


Ivo García Álvarez

Primout

Introducción

            Primout es un pueblo abandonado, como todos los que se encontraban alrededor de Peña Roguera, incrustado en la Sierra de Gistredo . Se encuentra a unos 1.200 m. de altitud, en el valle del río Primout que, aguas abajo del pueblo, constituye un escabroso cañón. Al pueblo se llega por una pista de tierra relativamente bien conservada, desde Páramo del Sil. Pero nosotros vamos a entrar en el pueblo recorriendo el curso del río, para lo que iniciaremos nuestra andadura en Pardamaza. Pertenece al término municipal de Páramo del Sil.  

Aproximación.  

            En Toreno, solo unos metros antes de la entrada en el puente sobre el Sil en la carretera de Bembibre a Toreno tomaremos, en dirección río arriba, un desvío precariamente señalizado a Librán. A la misma entrada del pueblo de Librán hemos de tomar un desvío que, por nuestra derecha, vuelve hacia atrás: para ello hemos de entrar en una pequeña plazoleta y dar vuelta completa, incluso haciendo las correspondientes maniobras. Esta carretera, ya sin perdida posible, nos conduce sobre un soberbio cañón hasta Pardamaza. Hemos de dejar el automóvil a la entrada del pueblo o, bajando por una calle ligeramente descendente, a la vera de la iglesia.  

Ruta

Itinerario.  

            Desde la iglesia, seguiremos una callejuela que desciende francamente hacia el río, que cruzaremos por un puente. Tomaremos el camino que, por nuestra izquierda, desciende valle abajo. En la próxima bifurcación, tomaremos el de nuestra derecha. Y ya no hay pérdida posible. Aunque el camino, muy abandonado, se pierde en algunos tramos, engullido por la vegetación, siempre encontraremos algún senderillo que nos sacará del apuro. En una hora pasaremos al lado de la braña de Santa Cruz, pueblo de la vera del Sil, y en otra hora llegaremos a Primout.  

Otros itinerarios.  

            Ya hemos comentado que desde Páramo del Sil, y después de cruzar el gran puente que une El Barrio con Paramo, podemos tomar una pista de tierra por la que, incluso con un coche normal, podremos llegar a Primout. Pero habremos perdido el recorrido por el valle que es, probablemente, lo más interesante.  

Descenso.  

            El descenso deberemos hacerlo por el mismo itinerario que la subida, en lo que emplearemos alrededor de una hora y media, excepto en el caso que deseemos realizar un recorrido mucho más importante. En este caso, podemos subir hasta la sierra, al paraje denominado Pedrosillo y ya en él, por buena pista recorrer la cresta sobre Urdiales y volver a Pardamaza. Es un recorrido interesante, pero largo.  

Observaciones

Paisaje.  

            El paisaje es impresionante ya durante el recorrido en coche. El cañón recorrido por el río Primout entre Pardamaza y Librán, es digno de ser contemplado y merecedor de mejor protección. Más arriba de Pardamaza nos veremos inmersos en un bosque de ribera tan tupido que, en algunos lugares, parece que el sol se oscureciera. Poco antes de Primout, el valle se abre en vegas de prados, ahora abandonados. Interesante un paseo poco más arriba del pueblo. En todo el recorrido tiene uno la impresión de encontrarse entre naturaleza virgen.  

Fauna.  

            Abundan, aunque probablemente no se vean en todo el recorrido, los jabalíes, corzos y perdices. Podría verse alguna ardilla y son habituales los alborotadores arrendajos.  

Flora.  

            La mayor parte del recorrido se hace, a la vera del río, entre alisos. Hay algún acebo y, más arriba, abundan los abedules.  

Riesgos.  

            No debería presentarse ningún riesgo digno de mención, pues todo el recorrido se realiza por senda. Hay riesgo de mojarse los pies al caminar al lado de las canales de riego, a menudo con más agua que la que pueden contener.

            Se debe tener especial preocupación con la contaminación, pues el agua del río Primout es recogida para ser usada para el consumo humano.  

Mapas.  

            Mapa nº 127 del Instituto Geográfico Nacional a escala 1:50.000 o mapa nº 127-I del mismo Instituto a escala 1:25.000.

 



 
        
     
Leer más...

Perderse por El Bierzo siguiendo la Ruta de la Mirada Circular

Diario PUBLICO

Perderse por El Bierzo siguiendo la Ruta de la Mirada Circular

Un itinerario por esta comarca leonesa que incluye pinceladas de vestigios romanos, pasado industrial y sobre todo mucha, mucha naturaleza. Más de trescientos kilómetros para perderse lejos del mundanal ruido.

Sendero en el Camino de los Celtas que lleva hasta el nacimiento del río Cúa - FUNDACIÓN CIUDAD DE LA ENERGÍA
CARMEN V. VALIÑA - Ponferrada, León - 06/07/2009 09:44

Estamos tan acostumbrados al bullicio cotidiano que en ocasiones olvidamos el valor del silencio. En El Bierzo, al noroeste de la provincia de León, un proyecto de turismo sostenible vuelve a poner al hombre en contacto con la naturaleza: la Ruta de la Mirada Circular. Las únicas demandas para recorrerla: interés por el medio ambiente y ganas de caminar olvidándose de cualquier tipo de vehículo a motor. La recompensa: hermosos paisajes, pueblos por descubrir y un tiempo que parece detenerse a nuestro paso.

Los más de trescientos kilómetros de la Ruta de la Mirada Circular dan para muchos senderos. De hecho, en ella se distinguen quince caminos temáticos que recorren todo el perímetro de la comarca de El Bierzo, y que se pueden hacer a pie o en bici: camino de la herrería, del carbón, del urogallo, de los celtas, de las pallozas, del wólfram, del oro..., cada uno con su peculiar historia y sus puntos de interés.

Los más de trescientos kilómetros de la Ruta de la Mirada Circular dan para muchos senderos

Ante la vista del caminante se suceden parajes de robles y castaños, antiguos vestigios del pasado industrial leonés (como los restos mineros o la Herrería de Compludo), iglesias, pallozas milenarias... En el área de influencia de la ruta, más de cien pueblos representativos de la arquitectura tradicional e incluso, algunos de ellos, verdaderamente monumentales. Entre los núcleos de población, dos especialmente originales: las ecoaldeas de Matavenero y Poibueno que, tras ser abandonadas por la población autóctona, han vuelto a reactivarse al ser ocupadas por grupos de personas que viven según una filosofía de respeto por la naturaleza y un sistema de agricultura ecológica.

De quienes habitaron antes estas tierras nos hablan Las Médulas, el último vestigio de la ingeniería minera de los romanos, declaradas Patrimonio de la Humanidad, y el camino del wólfram, metal extraído de las entrañas de la zona durante la II Guerra Mundial para fabricar el blindaje de los carros de combate. De quienes la habitan ahora, además de los pueblos de la ruta, las dos localidades principales por cuya zona discurre: Ponferrada y Villafranca del Bierzo.

Pero el verdadero protagonista de la Mirada Circular no es el ser humano, sino el entorno natural. Naturaleza majestuosa en los Ancares, territorio declarado Reserva de la Biosfera, y en los Montes Aquilianos, con un Valle del Silencio en el que todavía es posible ver volar las águilas.


Más información
La Ruta tiene una web de lo más completo (www.lamiradacircular.com), en la que, además de consultar los quince senderos por los que discurre, podremos descargarnos información sobre ella a un GPS, un móvil o un reproductor de música.

Dónde comer
En la propia web de La Mirada Circular, en su apartado Un viaje redondo, se presentan diversos locales de hostelería en los que detenerse para comer y reponer fuerzas a lo largo de la ruta.

Dónde dormir
El Hotel Ponferrada Plaza es un establecimiento funcional situado en la zona comercial de la ciudad. También en Ponferrada encontramos el Bierzo Plaza, un caserón del siglo XVII en la Plaza del Ayuntamiento que ha sido transformado en un hotel en el que se combina la antigua construcción con muebles de diseño actual. A 6 kilómetros de Ponferrada, en Molinaseca, De Floriana ofrece alojamiento en pleno Camino de Santiago, en un entorno bucólico marcado por la tranquilidad. Este hotel rural posee una suite y un apartamento, así como una decoración en materiales nobles, entre los que destacan la pizarra y la piedra.
Leer más...

Cascada de Lagualta

Cascada de Lagualta

Introducción

            La cascada de Lagualta es un hermoso salto de agua en la Sierra de Noceda, estribaciones de la Sierra de Gistredo. El itinerario que vamos a describir es el mismo, aunque en sentido contrario, al que con el título: Ruta de las Fuentes Curativas, Mirador y Cataratas de “Las Peñas de Lagualta”, recomienda el Centro de Iniciativas Turísticas de Noceda del Bierzo, se encuentra admirablemente señalizado, y entregan folletos explicativos en el Ayuntamiento de Noceda. Naturalmente, cada uno tenemos nuestras razones, puede realizarse en el sentido que ellos recomiendan: solo hay que empezar a leer por el final.  

Aproximación.  

            El Itinerario comienza al final del pueblo de Noceda por lo que desde Bembibre, se sigue la carretera de Noceda. A la entrada del pueblo es aconsejable tomar el desvío hacia Toreno, que hace de ronda exterior del primer barrio, y en el cruce siguiente, después de sobrepasar las instalaciones del polideportivo, volver a entrar en el pueblo. Seguiremos pueblo arriba, a nuestra izquierda, hasta entrar en el barrio de arriba. Llegaremos a una plazoleta con ermita y fuente, en la que podemos dejar el coche.  

Ruta

Itinerario.  

            Al final de la plaza salen dos calles: una baja hacia el río y la otra sube ligeramente. Tomaremos esta última que nos sacará del pueblo y, casi sin enterarnos, nos encontraremos en un camino entre prados. Encontraremos la primera señal que nos permite optar entre pasar por la Fuente del Rubio o por la Fuente Mía. Cualquiera de los dos caminos es válido, aunque es más cómodo el último. Cruzaremos el río en dos lugares por rústicos pontones y, siguiendo las indicaciones pasaremos, ya en franca subida, por un lugar que fue losera: es decir el lugar donde se arrancaban las piedras que servían para cubrir las casas. Por un agradable bosque llegamos a la parte inferior de las cascadas de Lagualta. Para llegar a la base de la cascada superior hemos de subir algo más y luego de pasar un resalte a nuestra izquierda, volver a descender por las rocas. Si continuamos la ascensión, subiremos a las Peñas de Lagualta, que son un espléndido mirador sobre el pueblo. Si el caminar ha sido normal, habremos empleado una hora y media en llegar hasta aquí. Si hemos sentido curiosidad por observar detenidamente alguna cosa, aumentemos el tiempo a nuestra voluntad.  

Descenso.  

            Podemos regresar por el mismo camino, pero es mejor que continuemos hacia arriba por un senderillo, hasta encontrar un camino que hemos de tomar a nuestra derecha para bajar hasta el río. Si lo tomamos a la izquierda nos conducirá a la cumbre de la sierra. Al llegar a la parte más baja, donde se encuentran dos ríos, las señales nos indican que hemos de cruzar uno, de manera que nos situemos en la margen derecha del río. Estamos en “La Ferrería” y por un sendero bien marcado, continuamos bajando entre el estruendo que nos llega del río, desviándonos a la Fuente de La salud y a la de La Azufre. Al lado de esta veremos una bonita cascada. Hay otras más arriba, pero no es fácil llegar a ellas.

            Siguiendo el sendero, llegaremos a un camino que nos conducirá, en cualquier caso, a la parte alta del pueblo y, después de cruzar el río por un puente, a la plazoleta donde hemos dejado el coche. En bajar emplearemos poco menos de otra hora y media.  

Observaciones

Paisaje.  

            En los alrededores de Noceda hay varios castros que se hacen notar en el paisaje. En uno de ellos apareció el Ídolo de Noceda, de 2.000 años antes de nuestra era, que ha merecido ser expuesto, en lugar de honor, en el Museo Arqueológico Nacional.

            El recorrido comienza entre choperas y prosigue entre robledales a la vera de idílicos arroyos. Impresionante la Cascada de Lagualta, aunque de escaso caudal y estiaje muy marcado. Curiosas fuentes ferruginosas. Bonitas cascadas en “La Ferrería”.  

Fauna.  

            Hay jabalí y corzo. Es posible ver alguna ardilla. Los arrendajos siempre se presentan alborotando. Abundan los ratoneros.  

Flora.  

            Buenos bosques de roble melojo e híbridos. Abunda el acebo y hay algún serbal de cazadores. En el bosque hay azucena silvestre e iris.  

Riesgos.  

            No es un recorrido de mucho riesgo pero conviene prestar atención al recorrido en las inmediaciones de la Cascada de Lagualta ya que, por su pendiente, no son descartables las caídas. Hay que prestar atención a las cuerdas instaladas ya que, al ser de fibra natural, pueden estar alteradas y no ofrecer resistencia. También a los pontones de madera por si la putrefacción ha hecho mella en ellos y nos acompañan hasta el río.  

Mapas.  

            Mapa nº 127 del Instituto Geográfico Nacional a escala 1:50.000 o mapa nº 127-III del mismo Instituto a escala 1:25.000.



Ivo García Álvarez

Leer más...

LA LEITOSA LA HERMANA POBRE DE LAS MEDULAS

LA LEITOSA

LA HERMANA POBRE DE LAS MEDULAS

La antigua explotación aurífera “A Leitosa”, que ocupa un buen espacio de las orillas del río Burbia, es semejante a la de Las Médulas. Así, ambas se constituyen en un espectáculo visual extraordinario y sin comparación posible. En el caso de “A Leitosa”, los cálculos arqueológicos indican que pudieron excavarse y removerse hasta 40 millones de metros cúbicos de arrastres aluviales muy anteriores que, tras ser lavados y filtrados, originaron un extenso y espeso manto sedimentario de hasta veinte metros de anchura. Ello puede ser captado por cualquier observador avezado, en el contorno de esta zona del río Burbia y, preferentemente, en la margen izquierda del río.
Las barracas como así las llaman ,los lugareños son espectaculares,y aun se pueden apreciar las antiguas los canales romanos que traían el agua de los tres ríos ,el Ancares,el Cua y el Burbia.,hoy los canales han sido destruidos por las reforestaciones de pinos,sin que nadie haga nada por remediarlo y evitar al menos que se destruyan las que aun quedan.



LA SOMOZA BERCIANA: A LEITOSA



ACCESOS:

Se puede de partir de Villafranca del Bierzo,Cacabelos ,Quilos encaminarse por la carretera que nos señala Paradaseca y estar luego atentos para tomar el desvío en el que se indica un Km. a Paradiña. Aquí se encuentra habilitada, a la izquierda, una pista forestal (en bastante mal estado) que nos dirige hacia la parte baja del monumento arqueológico. Llegamos a un merendero,abandonado y destruido por los vandalos .
No obstante, si lo que se quiere es alcanzar la parte alta de la mina, es preciso orientarse en dirección Paradiña y, una vez conquistado el alto, seguir por una pista forestal a la izquierda.
Hay también un rótulo sencillo en el desvío citado que marca la leyenda “A Leitosa”. Comienza una ruta de senderismo cegada por la vegetaciónque y que, pasa por el medio del área de derrumbes, se cierra al llegar a la parte baja donde proliferan los depósitos con los materiales desprendidos y desechados. Si se continúa por la carretera que va a dar a Prado de Somoza, surge la agradable sorpresa de tener que hacer dos paradas para admirar una impresionante panorámica desde los dos miradores.
El proceso técnico empleado tiene la misma concepción que el “ruina montium”, lo que representa la utilización de un procedimiento complejo, sobre todo por la intrincada red de canalización de agua hasta los estratos secundarios, más ricos en el metal dorado.
En este aspecto, los aportes de ingentes cantidades de agua se producían a través de acueductos- dos de los cuales aún se evidencian claramente-, agua que había que conducir desde el tramo más alto de la cuenca del Burbia.
Como complemento, nos podemos topar con varios estanques o pequeñas lagunas de retención y con algunas galerías que, horadando la tierra, fueron dejando enormes barrancas en las cuales se averiguan “grosso modo” las hace tiempo abandonadas bocaminas.
En lugares adaptados, próximos a la explotación del “oro”, se instalaron castros que se supone que fueron ocupados por astures, que eran empleados en los duros trabajos: La Toralina y Campo do Castrelo en Prado de Paradiña; El Castrillón, en Ribón y El Castro en Veigueliña.
Lógicamente, esto nos demuestra que la influencia y huellas romanas en El Bierzo son abundantes, y también en estas tierras de la Somoza, donde el genio de ingeniería romana produjo estas obras auténticamente excepcionales. Sin poderse asimilar en proporciones a sus hermanas canalizaciones de las Médulas, se ha de constatar que los yacimientos de “A Leitosa” vendrían a corresponder con una tercera parte de Las Médulas, aproximadamente.
Sin embargo, el contraste entre riscos y picos rojizos con las laderas de derrumbe y con una frondosa y espléndida vegetación, logra el mismo efecto visual de impresión.
En La Leitosa se contemplan, como añadido, una amplia red de pozos y galerías subterráneas, a fin y objeto de aprovechar la caída por gravedad del agua, lo que repercutía en el aumento de su fuerza y en el rendimiento en cuanto a la cantidad de material abatido.
El pueblo de Prado de Somoza-(Paradiña),se encuentra dentro de lo que fue explotación aurífera,viendose todavía hoy numerososas barrancas y antiguas(canales Romanos que traian el agua del rio Cua ,Ancares y Burbia).


El camino que lleva a la Leitosa desde Prado de Somoza-(Paradiña),esta completamente cegado por la vegetación,asi como todos los caminos de la pedania,el riesgo de incendio es muy alto,el abandono de este bello pueblo por las instituciones es total.
Desde el del Teso Dorrego se aprecia una perspectiva y panorámica de buena parte del Bierzo Bajo. Desde este lugar privilegiado, entre la vegetación a veces exuberante, se atisban los vestigios de los canales que nos legaron los romanos
(en habla local, denominados “antiguas”). En este trayecto, podemos gozar de la sombra en verano de un llamativo bosque de pinos.

EL RECUERDO DE LA CIUDAD DE “ALCAPARRA”:

Transmitido durante generaciones, un relato asombroso viene siendo contado:
“La ciudad de Alcaparra era un poblado minero importante, que se ubicaba a poca distancia del yacimiento de “A Leitosa” y, más en concreto, en el lugar de Veigueliña.
Un día de hornada, cuando estaban cociendo, apareció por allí un hombre viejo y hambriento, implorando un trozo de pan. Cortaron un pequeño pedazo de masa, poniéndolo a cocer. Empezó a esponjarse de tal manera que se formó una bolla de enormes proporciones. Introdujeron un minúsculo trozo de masa, seguidamente, pero la gran sorpresa fue que sucedió lo mismo. Ante la poca caridad cristiana de los aldeanos, surgió una persona que les recriminó su acción.
El visitante-mendigo le dijo a este buen y generoso hombre que le acompañara. Así se encaminaron a las afueras del pueblo, sin mirar hacia atrás. Cuando tornaron su mirada, observaron cómo la ciudad de Alcaparra se hundía por su codicia y ambición.
Se cree que el anciano era Dios que quiso poner a prueba a los pobladores de esta ciudad”.Cuentan que, más bien a comienzos del siglo pasado, llegó un maestro a la escuela del Estado de Veigueliña. Este hombre tenía la costumbre-manía de sacar, de vez en cuando, a sus pupilos del aula y, obligándolos a mirar hacia La Leitosa, les mandaba repetir la siguiente proclama ”¡Viva la ciudad de Alcaparra.

Las sendas de senderismo estan abandonadas y cegadas por la vegetación.

FLORA Y FAUNA:

La flora y fauna que componen la Somoza berciana tienen una correlación muy estrecha con la zona climática que nos ocupa. En las cumbres y partes altas, los matorrales, xestas blancas o pudias, hierba de pasto de montaña, brezos, toxos, teixos,… son los más adaptados e invasivos. En lo que se llaman riberas, debido a la humedad y cierta benignidad, podemos ver encinas, castaños centenarios, cerezos, nogales, avellanos, abedules, piornos, acebos, roble albar y pinos silvestres. Es de destacar la riqueza en caudales de agua, manantiales, fuentes,… de la Somoza.
Hay, en ciertos espacios, bosques de robles, de tejos y hayedos como elementos característicos, que representan un hábitat idóneo para jabalíes, rebecos, zorros, lobos, nutrias, tejones, perdices, águilas reales, azores, liebres, osos y urogallos. Estos dos últimos gozan de una protección especial como especies en peligro de “desaparición”.
Cabe apreciar que la Somoza se acerca a Ancares al mantener un ecosistema bastante común y que el Espacio Natural de Ancares (en el que, en su mayoría, se integra la Somoza) está calificado como Reserva Nacional.

CAZA Y PESCA:

Prácticamente toda la extensión de la Somoza se halla acotada, pues la relevancia de estos deportes es notable. La orografía accidentada y los bosques conforman un área totalmente adecuada para dedicarse tanto a la caza menor, como a la mayor. Ya hace dos décadas se decidió repoblar y reintroducir especies como perdices y conejos, que se logró con éxisto, para satisfacción de los cazadores. A pesar de esta actuación la liebre está en franco retroceso. La Sierra de Ancares, inserta en la Red Natura 2000, limita y controla la caza mayor pero, aún hoy en día, quedan el corzo, el ciervo, el jabalí,… como especies de venados que pueden ser abatidos y cazados.Por lo que afecta a la pesca, es de citar a la trucha como especie de una aceptación y valoración más alta. Ni qué decir tiene que los incontables cursos de agua que discurren por la Somoza han protegido a esta especie de su extinción.

LA GANADERÍA:

Hasta hace poco, era la base de la economía rural ,hoy ha desaparecido casi por completo La dedicación mayor es al vacuno, en parte siguiendo un cuidado propio de la ganadería extensiva o de pastoreo.

RECURSOS SIN EXPLOTAR ADECUADAMENTE:

El futuro para la Somoza no se presenta tan sombrío como en las pasadas décadas. El incremento del turismo rural y sus potencialidades, así como lo que se llama “turismo activo” y el agroturismo, están por explorar. Las rutas turísticas, culturales y arqueológicas, así como los museos etnográficos (por la riqueza de la artesanía, celebraciones, costumbres,…) pueden reportar buenos dividendos, eso sí, bien planificadas.
Los recursos naturales y paisajísticos, ya se ha dicho, están como elementos permanentes a promocionar y cuidar.
Los recursos forestales, ya utilizados intensivamente en otras épocas, son de una proporción y magnitud a considerar y pueden ser objeto de una explotación “sostenible”.
Los recursos agroganaderos, como producciones de calidad, artesanales y ecológicas, tienen aún un largo camino que recorrer para conseguir un marchamo de calidad en la industria agroalimentaria.
Los Planes europeos, como el Leader, para zonas desfavorecidas o de montaña no se suprimirán. Ahora bien, no se fijará población si no se cuenta previamente con un mínimo “standard” de calidad de vida, lo que implica disponer de servicios administrativos, infraestructuras, de posibilidades de asistencia social,… lo cual es obligación de la Administración autonómica, el proporcionarlos.

MARCELINO B. TABOADA
Leer más...

PUEBLOS DEL BIERZO (II): VALBOA O BALBOA

PUEBLOS DEL BIERZO (II): VALBOA O BALBOA

Sin lugar a dudas, el municipio del Bierzo que guarda más similitudes con el mundo rural y de montaña gallego es Balboa.
Su nombre es la transposición en la toponimia del río principal que discurre por estos parajes y, entorno a él, se distribuyen diecisiete aldeas o localidades: Valboa (Balboa), Canteixeira (Cantejeira), Castañeiras, Castañoso, Chan de Vilar (Chan de Villar), Fonte da Oliva (Fuente de Oliva), Lamagrande, Pumarín, Paraxís (Parajís), Quintela, Ruidelamas, Ruydeferros, Vilariños (Villariños), Valverde, Vilanova (Villanueva), Vilafeile (Villafeile) y Vilarmarín (Villarmarín).
La cabecera del municipio, Balboa, se encuentra a 700 m. de altitud y el censo total municipal asciende a 480 habitantes.

JOSÉ M. Gutierrez,Monteserin ALCALDE:
Este Edil, aparte de opiniones personales, ha logrado no sólo ser objeto de publicidad en los medios de masas por “el carril-vaca”, sino que sus actuaciones son bastante sonoras y positivas:
Ha iniciado la renovación de la palloza de Villariños, que la convertirá en la segunda pública del municipio, con un aprovechamiento admirable (con la habilitación de una plaza, será un espacio de convivencia y compartición del tiempo libre para los vecinos) y, como complemento, se intenta captar visitantes a través de una estrategia de servicio.
El Consistorio de Balboa ha instalado una antena “vía satélite” en la misma Casa Consistorial, con la aspiración de ir creando una red WiFi, lo que favorecerá tanto a lugareños como a visitantes de “fin de semana”.



CELEBRACIONES Y ESPECTÁCULOS:
Es digno de hacerle una especial mención a la bautizada como “Noche Mágica” de San Juan que, el 23 de junio de los últimos años, se convierte en noche de “festa rachada”. Se dispone, por otra parte, de un Auditorio que se prepara y acondiciona para este evento.
Gracias al bueno de “Chis”, en algunos fines de semana a lo largo del año, se producen animadas actuaciones que son variadas y diversas en la Palloza- ¡cómo no!- de Chis.
Tradición, amor al terruño, humildad, respeto, esfuerzo colectivo y hospitalidad sin límites, han hecho que los visitantes se sientan cómodos y acogidos.

HISTORIA:
El topónimo Balboa es muy posible que derive de una magnificación de su belleza y de todo el espacio contiguo al macizo de Cervantes, denominándose en época romana “Vallis bona”.
Para comprender mínimamente los avatares por los que pasó esta zona a través del tiempo, es ineludible referirse a tres elementos que destacan por su esplendor o recuerdan glorias pasadas: las pallozas, el Castillo de Balboa y la Iglesia de Santa Marina.


El Castillo de Balboa data del S. XIV y fue nuevamente objeto de reformas en el S. XV.
Actualmente su estado es ruinoso e irreversible. Sólo conserva la torre del homenaje y, siendo su titularidad municipal, el Ayuntamiento piensa ya en rehabilitarlo y darle valor. Su importancia histórica estriba en que explica ciertos hechos acaecidos en estas tierras. En principio, fue propiedad vinculada al linaje de los Rodríguez de Valcárcel. En el S. XV pasa a pertenecer al Conde de Lemos, de la extensa familia de los Ossorio, que tenían una relación y relevancia en la Corte bastante notable. Durante años, asimismo, fue un dominio de los Reyes Católicos, pasando después a manos de los marqueses de Villafranca. Está relatado con certeza suficiente cómo este monumento jugó un papel apreciable en el episodio de la revuelta “irmandiña”, siendo su dueño entonces D. Pedro Álvarez Ossorio. Luego hubo de ser restaurado y, en parte, reconstruido.
La Iglesia de Santa Marina, bajo cuya advocación se halla Balboa que la honra del 17 al 19 de julio de cada verano, goza de una figura de protección débil, como es la genérica de Patrimonio Histórico Español. Corresponde al S. XVI, apreciándose en ella elementos románicos y renacentistas en todo lo que es estructura. Sin embargo, en el interior del templo, se pueden admirar unos excelentes retablos barrocos. Recientemente, se ha mejorado la calificación de este monumento religioso con la Declaración de interés turístico.
Ya en el ámbito de la historia natural, se ha de hacer mención a la catalogación como árboles monumentales y ecosistema singular de los tejos de Lamagrande y Villafeile y los “soutos” (sotos) de castaños, algunos de gran valor ecológico, en Balboa.

Respecto a las construcciones de vivienda antiguas, pallozas, se ha de significar que estos llamativos elementos-inmuebles de la arquitectura popular se han conservado en prácticamente todas las poblaciones o, como mínimo, vestigios de ellos. Estos notables ejemplos de vivienda antigua, de origen prerromano, fueron adaptados durante la Edad Media a las condiciones climatológicas y de vida de los pobladores y están ligadas estrechamente a un modo de integración en el medio armónico de las gentes, lo que les da un extraordinario atractivo.
NATURALEZA:

Los nombres de los Picos de Ancares, que se enseñorean del Valle de Balboa, expresan un miticismo y cariño que los montañeros y aficionados a deportes de montaña, tanto gallegos como leoneses, siempre les han prodigado: Sorbeira, Mostellar, Miravalles, Cuiña, Penarrubia,…
Otro lugar preferente para los naturalistas es Cantejeira: la Palloza de esta localidad está restaurada y decorada con un buen gusto (Casa de Lamas). Por la festividad de San Lorenzo, este rincón hierve con el bullicio de los forasteros. Las calles o callejones de este pueblo tienen un grado notorio de inclinación y pendiente y todavía se conservan los corredores tradicionales en una buena proporción de las casas. En la Palloza se reviven, como en otro tiempo, los “filandones” o reuniones vecinales alrededor de la hoguera o chimenea para conversar largamente en los crudos inviernos fríos y de intensas nevadas.
Lo cual trae, como efecto positivo, que las fuentes y manantiales de las aldeas proporcionen una cantidad abundante y una calidad excepcional de agua “fresquísima”.


ALICIENTES TURÍSTICOS:

Durante casi todo el Siglo pasado, Balboa ha sido un enclave ignorado y con dificultades de comunicación. La mejora en todos los aspectos que ha supuesto la A-6, que no está lejos de los pueblos del municipio, ha ocasionado un relativo auge turístico, a lo cual ha contribuido tanto la puesta en vigencia del llamado “agroturismo” como el carácter emprendedor de algunas personas. Se ha partido de sumar encantos y de un concepto de desarrollo sostenible: así, la proximidad de la Reserva Nacional de Caza de Ancares ha sido un reclamo evidente para los cazadores; las pallozas, dentro de un respeto escrupuloso a su arquitectura, se han transformado en tabernas y restaurantes, donde se nos ofrece y permite degustar toda clase de platos típicos bercianos. Y, si a ello se añaden los ricos productos hortícolas y la sabrosísima carne de la ganadería local, se ha de concluir en que aquí tenemos un “miniparaíso gastronómico”.
Casi todos los pueblos se pueden visitar en una jornada, o mejor todavía en un fin de semana, ya que todos nos impresionarán por su radical belleza. Ejemplos de ello son Cantejeira, con su ya conocida palloza-restaurante y su Iglesia parroquial del S. XVI; Castañoso y, sobre todo, Chan de Vilar, puntos para la contemplación de increíbles vistas paisajísticas; Quintela, Lamagrande, Valverde de Balboa, Vilarmarín, Castañeiras,…

FLORA Y FAUNA:

En un conjunto paisajístico de puro ensueño, en una atmósfera constante de lo auténtico y natural, homogénea en todo el contorno, se pasa insensiblemente de pueblo a pueblo, de aldea a aldea, a cada cual más verde. Las abundantes y habituales nevadas invernales logran que se extienda ante nuestros ojos un manto inmenso de verdor de prados, húmedo y fresco.
Bajo la pequeña capa de manto de las praderías se adivinan rocas, capas pizarrosas, areniscas y el duro granito, brotando incontenibles por doquier árboles de una majestuosidad envidiable.
Las zonas ocupadas por el brezo son las más numerosas, aunque a la diversidad y variedad paisajística contribuyan castaños, carballares, robles centenarios y colonias esparcidas de acebos.
Como nota a descubrir es todo el sistema ribereño del río Balboa, de la misma manera que se puede disfrutar de sus aguas en la playa fluvial de la capital municipal, si no se es excesivamente friolero.
El urogallo, especie montaraz en peligro de extinción, se puede escuchar y ver por estos lares, compartiendo su hábitat con una buena cantidad de otras especies: jabalíes, cernícalos, lobos, gatos monteses, nutrias,…,animales que necesitan de un determinado y especial condicionamiento en cuanto a no invasión humana para sobrevivir.
La apacibilidad y despoblamiento de estas tierras nos hacen presagiar que en un futuro conseguiría desempeñar esta zona la función de pasillo natural del oso pardo.
El Valle ,que se conforma a los márgenes y en relación con el río Balboa, formado por un poblamiento diseminado semejante al de la montaña gallega, trae como consecuencia que persistan aún diecisiete núcleos habitados, con una tranquilidad cuasi-conventual, donde el silencio sólo es alterado por la sinfonía de la naturaleza, incitando a descansar en unos parajes de aislamiento y serenidad. Si a ello se une el buen hacer de los habitantes de siempre, grandes artesanos en una economía que fue precaria y que siempre respetaron y se extasiaron con una naturaleza que tiende a la superación y perfección, no cabe sino admitir que el ejemplo de adaptación y confusión del hombre con su medio natural es aquí de una simbiosis insuperable.
Incluso, los restos derruidos del Castillo sirven para parada y anidamiento de aves como grajos y mochuelos y algunas otras de “mal agüero”.



ETNOGRAFÍA Y GASTRONOMÍA:

Las pallozas, soluciones de vivienda excelsas en unas condiciones climáticas más bien desfavorables, no tienen fecha exacta determinada de aparición. Es más, algunos sostienen que los hórreos, complementarios a la vivienda, usados como almacén de alimentos a salvo de alimañas y otros animales silvestres, tienen reminiscencias de los antiguos “palafitos” por similitud de fines: la protección, aislamiento de peligros y defensa del hombre en unas primeras etapas sociales o presociales.
La gastronomía, a pesar de haberse ya aludido a su riqueza, se ha de reiterar que aún es bastante de fogón pues, de una u otra forma, la tradición de la caza ha dejado un poso de asados, lumbre de suelo, guisos de venado,…, lo cual aún hoy se puede practicar en la ya mencionada Reserva Nacional de Caza de Cervantes (Ancares), colindante con estas hermosísimas parcelas de encanto natural.

MARCELINO B. TABOADA
Leer más...

Braña de Zaramedo

Braña de Zaramedo

Introducción

            La de Zaramedo es una de la muchas brañas que salpicaban la vertiente norte de la Sierra del Coto. Hoy, casi todas ellas, están en ruinas o transformadas en acogedoras estancias para el verano, pero conservan el bucólico sabor de su anterior uso. Pertenece a los ganaderos de Matalavilla y está en término municipal de Palacios del Sil.  

Aproximación.  

            El itinerario comienza en Palacios del Sil, por lo que seguiremos la carretera que recorre el valle del Sil, N-634, en dirección a Villablino, hasta Palacios del Sil. En el mismo pueblo hay que desviarse, en dirección a Salientes, por una carreterita precariamente señalizada. Inmediatamente después de cruzar el puente sobre el río Sil y el ferrocarril, se abandona la carretera por la izquierda, y se deja el coche en las proximidades del cementerio.  

Ruta

Itinerario.  

            Se inicia por un sendero, casi camino, que asciende por la ladera en dirección próxima al norte. Llegaremos a un camino, que hemos de seguir hacia la izquierda, y restos de explotaciones. Seguiremos el camino durante un trecho y nos desviaremos por el primero que salga hacia nuestra derecha, ladera arriba. Lo seguiremos hasta que, al cabo de poco menos de una hora, demos vista a las ruinas de la braña de La Degollada. El camino sigue hasta el repetidor de televisión (1.843 m.), por donde volveremos, pero nosotros lo abandonaremos dirigiéndonos hasta la braña. La cruzaremos subiendo en diagonal hasta su parte más alta, por donde entra un reguero de agua. Continuaremos, primero por la orilla del canal de riego, y luego por un sendero, a menudo semioculto por la vegetación, que se separa ascendiendo por la ladera. Pasaremos, por un espléndido bosque, sobre Braña Seita y, por un sendero cada vez más precario, llegaremos al camino que unía Matalavilla con la braña de Zaramedo, ya dando vista a esta. Solo seguirlo y en un momento llegaremos. Desde Palacios habremos empleado alrededor de dos horas y media.  

Otros Itinerarios.  

            El itinerario más corto es el que sube desde Cuevas del Sil hasta Braña Seita, por buen camino y continúa por un sendero, del que no es fácil perderse, hasta Zaramedo. En total hora y media, mas o menos.

            Desde Matalavilla, por un camino que al principio sigue el  margen del río, se llega a Brañas Secas. Siguiendo el camino, se pasa un collado y, sin perdida, se llega a la braña de Zaramedo en unas tres horas.

            También se puede llegar desde Rabanal de Arriba: por una buena pista hasta La Brañina, donde hay refugio y albergue. Por camino primero y sendero después, se llega al collado de Trasmundo y al cordal de la sierra. Por un sendero que lo sigue hacia el suroeste llegamos hasta encima de la braña de Zaramedo a la que bajaremos por la ladera, en no menos de dos horas y media.  

Descenso.  

            El descenso podemos hacerlo por el mismo camino que la subida, o por cualquier otro de los señalados, pero es interesante seguir, hasta el collado, el camino que va a Matalavilla. En el collado nos desviaremos, por nuestra derecha, por la cumbre de la sierra hasta el repetidor de televisión, del cual vemos las antenas. Desde aquí, un buen camino nos llevará, ya sin perdida posible, hasta las cercanías de la braña de La Degollada y el coche. En total algo más de una hora y media.  

Observaciones

Paisaje.  

            Buena parte del recorrido lo haremos por un  profundo bosque, que da la impresión de no haber sido hollado. Brañas a las que queda un profundo sabor pastoril. Pequeñas lagunas, de origen glaciar, que se secan, o casi, en verano. En Zaramedo, se debe visitar las “olleras”: covachas, frescas por la humedad, en las que se pretendía que se conservara la leche ordeñada, envasada en ollas, antes de llevarla al pueblo. Desde el repetidor de televisión magnífica vista de pájaro sobre Palacios.  

Fauna.

 

            Abundan los jabalíes y corzos. Es fácil ver perdices y ardillas. Siempre se encuentran arrendajos. Hay urogallos.  

Flora.  

            Grandes bosques de roble principalmente roble albar, con muchos acebos y abundantes tejos. Hay robles con un tamaño realmente asombroso. Bosques de abedules. Abundancia de iris y azucenas silvestres. Gran cantidad de anémonas.  

Riesgos.  

            Durante el paso por el bosque, no es desdeñable el riesgo de pérdida. Una solución, en este caso, es bajar, a través del bosque, en dirección a Braña Seita o al camino que a ella conduce y descender por él hasta Cuevas. En el recorrido por la cresta se debe prestar atención a la presencia de tormentas.  

Mapas.  

            Mapa nº 101 del Instituto Geográfico Nacional a escala 1:50.000.




Ivo García Álvarez

Leer más...